Por Lorena Ramírez, Jefe de proyectos

El posicionamiento en buscadores (SEO) es un tema muy complejo que puede dar para infinidad de artículos. Aquí presentamos la tercera entrega. En nuestra primera entrada sobre SEO multilingüe, nuestro compañero Carlos Bolívar nos introdujo en este complejo mundo y nos habló de las pautas básicas sobre el SEO técnico y el lingüístico. A nosotros, como traductores, nos interesa especialmente el SEO lingüístico, por lo que en la segunda entrada sobre redacción de contenidos, nuestra compañera Sandra Lara se centró en el uso y la elección de las palabras clave, aspecto fundamental a la hora de conseguir un buen posicionamiento en los buscadores.

Ahora ha llegado el momento de hablar de cómo traducimos y redactamos cuando trabajamos con SEO: es el turno de la transcreación.

¿Qué es?

Este término, relativamente nuevo pero cada vez más extendido, hace referencia a una unión entre traducción y creación, y es que, la necesidad de adaptar un texto a la cultura de destino hace que en muchas ocasiones se requiera una recreación o reescritura del texto para conseguir el mismo objetivo en ambas versiones. Es fácil de entender si pensamos en la poesía o en la publicidad, llenas de juegos de palabras, referencias culturales e intentos de acercamiento al lector; características que implican que en muchas ocasiones nos tengamos que separar del texto original y recurrir a estrategias creativas para conseguir el mismo efecto en las diferentes lenguas. No hablamos solo de una traducción libre, sino de una reescritura creativa de los contenidos para conseguir la adaptación cultural.

¿Qué tiene que ver con SEO?

Uno de los factores fundamentales que nos ayudan en la optimización en buscadores es que el sitio web ofrezca contenidos de calidad, atractivos, interesantes y adaptados a sus destinatarios, ya que con ello conseguiremos ganar reputación en la red y mejorar el SEO. Cuando se internacionaliza un sitio web, se pretende llegar a destinatarios de otras lenguas, por lo que hay que adaptarlo y conseguir contenidos que funcionen para el nuevo público. Además, no podemos olvidar que tenemos que incluir nuestras palabras clave (es interesante aclarar que cada página del sitio web debe tener unas palabras clave diferentes que la caractericen, por lo que hay que crear contenido diferente en cada página con la inyección de las palabras clave correspondientes).

Vemos que la cosa se complica: debemos encontrar las palabras clave que funcionen en cada cultura y traducir (transcrear) los contenidos de la web de modo que consigamos un texto atractivo e interesante para el nuevo destinatario y, además, que cumpla con los requisitos del buscador para que nos tenga en cuenta y nos indexe, entre ellos, el uso adecuado de palabras clave dentro del texto. Todos estos condicionamientos con los que se encuentra el traductor de sitios web nos llevan a hablar del uso de un lenguaje controlado, adaptado tanto al buscador como al usuario.

¿Cómo transcreamos?

Al trabajar con SEO, también es posible que al traductor se le encargue que redacte los contenidos de las páginas web desde cero (la investigación de palabras calve puede venirle ya dada o no, pero de eso ya hablamos en otra entrada), en este caso, el traductor no tiene que transcrear, sino redactar los contenidos teniendo en cuenta las pautas dadas por el cliente (qué quiere transmitir o promocionar, cuál es su público objetivo, etc.), las características propias de la cultura de destino y la inyección adecuada de las palabras clave, y todo, teniendo en cuenta que se trata de marketing digital. En el caso de la transcreación de contenidos ya escritos en otra lengua, la única diferencia es que partimos de un texto que nos sirve como referencia, y es que el texto origen ocupa un lugar secundario y se crea un texto nuevo adaptado a la cultura de destino.

Por tanto, antes de redactar o transcrear contenidos web debemos tener en cuenta lo siguiente:

– Pautas y características del cliente: qué quiere promocionar, qué imagen quiere transmitir, cuál es su público objetivo (delimitación geográfica, edad), etc.

– Características propias de la cultura de destino: hay que analizar ambas culturas para conseguir encontrar las referencias culturales que funcionen en el nuevo público; para ello es clave la creatividad, la originalidad y un buen dominio lingüístico.

– Marketing digital: las estrategias de marketing están cambiando junto con los cambios en el comercio. El nuevo marketing digital ya no busca solo convencer al consumidor, sino relacionarse y comunicarse con él, se centra en la experiencia del cliente, en despertarle emociones y en la interacción con la empresa (comentarios, blogs, redes sociales, etc.). Hay que diferenciarse de la competencia y atraer la atención del consumidor, para ello, es fundamental analizar la competencia y sus estrategias de SEO.

– Uso de las palabras clave: la palabra clave principal de cada página debe introducirse al principio y repetirse dos o tres veces a lo largo del texto. El resto de palabras clave deben introducirse al menos una vez por orden de prioridad. Debemos concentrarlas en los primeros párrafos y, sobre todo, no debemos abusar de ellas; si el buscador interpreta que estamos sobrecargando el texto de palabras clave, nos penalizará y todos los esfuerzos habrán sido en vano.

– Redacción adecuada: el texto debe sonar natural y fluido, sin errores ortográficos y con una extensión que no sea demasiado escasa (unas 400 palabras por página).

Una vez que tenemos todo esto claro, solo nos queda sumergirnos en las culturas implicadas y en la idea del cliente y darle alas a nuestra creatividad y originalidad para crear un texto con el que conquistemos al internauta, al buscador y, por supuesto, al cliente.

¡Transcrea!

Hoy en día, la necesidad de internacionalización de las empresas y de aparecer bien posicionadas en los buscadores se está convirtiendo en una prioridad, lo que implica una demanda creciente de profesionales que sepan adaptar sus páginas a la cultura de sus nuevos destinatarios de manera efectiva y conseguir así aumentar las ventas y ofrecer su producto en otros países. Muchos traductores aún no han identificado la oportunidad laboral que se abre camino en este campo, desde aquí os animo a que os forméis e investiguéis sobre este apasionante tema, además, podréis descubrir un mundo en el que dar rienda suelta a vuestra creatividad, multiplicar posibilidades y convertiros en profesionales más competitivos.